Si nos tomamos un momento para buscar en cualquier buscador de Internet el significado del término Mejora Continua, encontraremos un montón de definiciones, todas objetivamente válidas. Desde Progressa Lean apostamos por la siguiente:
“Metodología de trabajo que basada en la acción de las personas y el uso de Indicadores adecuados busca alcanzar el éxito empresarial“.
Hemos visto que en la definición aparece la palabra “Indicador”, pero, ¿qué es un Indicador?
Según el Diccionario de la Lengua Española, indicador es algo, que indica o sirve para indicar. A su vez, indicar quiere decir, mostrar algo o significar con indicios y señales.
Un indicador es un instrumento que se utiliza para reflejar el estado de una actividad para de esta forma poder ver su evolución, todo ello con el objeto de conocer el comportamiento de su tendencia a lo largo del tiempo. En la siguiente figura podemos ver un ejemplo de indicador real empleado en un panel de gestión visual en una fábrica Lean:
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De hecho en nuestra vida real, estamos rodeados de forma habitual de indicadores que nos permiten y nos facilita la toma de decisiones, por ello sorprende que en muchas ocasiones no tengamos realmente un despliegue de indicadores adecuados en nuestras empresas, desde pie de línea, para que todos hablemos de “peras” o de “manzanas” dentro de la misma empresa, y sobre todo que nos permita la toma de decisiones con datos objetivos y concretos, a los diferentes niveles de gestión de la empresa.
Estamos en un supermercado, pensando que leche queremos comprar, y decidimos cual seleccionamos por su precio. Nos acercamos a las diversas etiquetas y leemos la cantidad 1 euro el litro (€/litro) la leche X y 0,98 €/litro la leche Y. Tras una rápida valoración escogemos el Y. El indicador de €/litro nos permite tomar la decisión independientemente del formato en que nos estén ofreciendo el producto.
Lo mismo ocurre cuando conducimos, pues el cuentakilómetros del coche nos sirve de indicador para tener un dato objetivo de la velocidad de nuestros vehículos. Gracias a este indicador sabemos si estamos dentro de objetivo, que sería la máxima velocidad de la vía por la que circulemos.
Veamos a continuación las características más importantes de un indicador Lean empleado:
- Tiene que tener bien explicado exactamente que mide el indicador.
- Debe tener marcado un objetivo concreto.
- Su conformidad con el objetivo marcado es fácilmente visible (Rojo / Verde).
- Debe tener un responsable (de su actualización).
- Debe reflejar siempre la fecha de su actualización.
- Tiene que tener bien definido su fórmula de cálculo (si se requiere).
- Debe estar expuesto en el área de influencia del Indicador.
Como hemos podido definir arriba, un indicador refleja el estado de una actividad. Pero como una actividad puede ser evaluada desde diferentes prismas de gestión, lo propio es definir tantos indicadores como prismas tengamos.
Bajo esta premisa, catalogamos los indicadores como “QCDP”, lo que nos permite clasificarlos en 4 categorías:
- Calidad (Quality). A modo de ejemplo. Nº rechazos, Nº defectos, nº piezas ok a la primera…
- Coste (Cost). Productividad, cumplimiento del estándar, mermas, kg scrap…
- Plazo de entrega (Delivery). Adherencia al Plan de Producción, cumplimiento de las entregas…
- Personal (People). Absentismo, ideas de mejora, días sin accidentes, tipología accidentes…
Hasta ahora hemos visto lo que es un Indicador, su utilidad y sus características, pero… ¿cuál es su razón de ser en última instancia?
El objetivo es que una buena selección de los indicadores adecuados, nos va a permitir mejorar. Porque todo aquello que no se mide no se mejora.
Pero, ya hemos visto que el desempeño de una actividad no se puede medir exclusivamente desde un único solo prisma y por ello necesitamos un Cuadro de Mando.
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¿Qué es un Cuadro de Mando?
Los cuadros de mando son herramientas de gestión del rendimiento que se presentan ante los usuarios como una visualización de un conjunto de indicadores.
Nos deben permitir controlar y gestionar los procesos y los objetivos establecidos.
El objetivo es poder evaluar y conocer las situaciones en las que no haya conformidad de los resultados con los objetivos y determinar oportunidades de mejora.
En resumen, sin la ayuda de los indicadores no es posible llevar a cabo el tercer punto del Ciclo de la Mejora Continua, VERIFICAR y con ello se rompe el proceso de mejora continua.
Una correcta implantación de un Sistema de Mejora Continua y Lean, requiere dentro del modelo de Gestión Lean a implantar, definir los Indicadores adecuados que nos guíen hacia la mejora. Lo que no se mide no se mejora.
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