El Lean, mucho más que herramientas…
Cuando en los años 80 los americanos intentaron copiar el Toyota Production System (TPS) para sus fábricas, el resultado fue, en la mayoría de los casos, un fracaso total. Se dieron cuenta de que la cultura americana distaba mucho de la japonesa, enfocada siempre a la mejora continua (kaizen en japonés), es decir, a las pequeñas mejoras paso a paso. Se dieron cuentade que el Lean Manufacturing no consistía tan sólo en copiar la parte visual y herramientas del TPS, sino que convivía con una parte humana muy importante, sin la cual el método no funcionaría de una forma sostenible en el tiempo, por lo que no se conseguiría la mejora de productividad y competitividad tan deseada por todas las empresas.
Lean Manufacturing no consiste simplemente en aplicar herramientas de mejora, sino que se trata de interiorizarlas de tal forma que no suponga ningún esfuerzo para ningún miembro de la organización el hecho de no conformarse con la situación actual de las cosas, sino de buscar siempre la forma de mejorarlas.
Lo realmente difícil…
Para lograr interiorizar la metodología es muy importante el «hábito». Esto es lo realmente difícil de conseguir… el hábito de pensar siempre en cómo eliminar las causas raíces de los problemas, en lugar de aplicar parches temporales. El hábito de seguir a rajatabla los estándares de trabajo, para garantizar la calidad del producto y reducir así las reclamaciones de los clientes. El hábito de mantener un orden y limpieza, para reducir los tiempos de búsqueda de materiales y darse cuenta lo más rápido posible de probables deficiencias de las máquinas. El hábito de realizar los mantenimientos preventivos de las máquinas y de tratarlas como si fueran de nuestra propiedad, para reducir así las averías de las mismas.
Si no somos capaces de realizar este cambio cultural en las personas, la transformación Lean de la organización acabará en un rotundo fracaso.
En Progressa Lean, acompañamos a nuestros clientes en el camino de la transformación hacia un entorno Lean. No se trata tan sólo de tener paneles de gestión visuales, ni de calcular decenas de indicadores. Lo realmente importante es que toda la organización entienda y aplique la filosofía Lean. Para ello es muy importante la formación continua, tanto en sala como en planta, para que se vea con ejemplos concretos cómo abordar los problemas cotidianos desde un punto de vista Lean enfocado hacia la mejora continua, la cual, como todos sabemos, es infinita.